miércoles, 9 de noviembre de 2011

La educación concertada (El desatre educativo IV)


Mucha gente desconoce el verdadero carácter de la enseñanza concertada. La constante politización de la educación, la antigua fuerza de la enseñanza católica y las malas leyes distorsionan nuestro sistema educativo de forma que mucha gente confunde educación privada con educación concertada. Otros creen que es una enseñanza pública mejorada. En general muy poca gente de la que no esté en el tema conoce cómo funciona y su regulación real.

En primer lugar ¿de dónde viene este tipo de educación que sería imposible en otros países de nuestro entorno? Pues de un pacto entre dos fuerzas, nada liberales, que han querido dominar la educación para sus fines, incluyendo el adoctrinamiento ideológico. La Iglesia Católica y la Izquierda representada por el PSOE. En 1985 un gobierno socialista aprobó la LODE, con el beneplácito de la Iglesia, que regula los conciertos educativos. Esta ley es un desastre para la libertad y quiero dejar claro que mis críticas son a esta legislación y no a los centros privados que tienen que someterse a ella. Algunas de las características más importantes que impone esta ley son:


1. La dependencia económica: el “pago delegado”

En la enseñanza concertada la nómina del profesor es abonada directamente por el Estado (ahora Comunidad Autónoma) sin que ese dinero pueda ser gestionado por el centro educativo. El centro recibe además una pequeña cantidad para el mantenimiento de las instalaciones y el pago de algunos (muy pocos) cargos directivos. Como contraprestación el centro se compromete a no cobrar nada más a los padres en concepto de educación. Esto supone la pérdida total de la autonomía financiera del centro que se ve ahogado pues no puede ingresar dinero por los medios normales.

¿A qué lleva esto? Pues a que el centro intenta captar por medios “alternativos” y de dudosa legitimidad todo el dinero posible. Actividades extraescolares, cuotas del APA, deporte, comedor, autobuses, alquiler de las instalaciones, reutilización de las instalaciones como parkings, venta de libros de texto... Y esto a su vez genera una percepción distorsionada del coste de la educación concertada. Así, para comparar con otros tipos de educación sólo se toma como referencia el dinero que paga el Estado y no el dinero que de una u otra manera se “saca” a los padres o el que aportan las órdenes religiosas directamente para mantener su labor proselitista. La comparación está por tanto falseada y a no ser que los centros nos muestren sus cuentas reales, cosa muy improbable, imposible de hacer con rigurosidad.

Además al colegio concertado le conviene masificar sus clases para maximizar los ingresos con lo que intenta captar más alumnos de los que puede asimilar. Por otro lado se le exige al profesor (sobre todo si es el tutor de la clase) que consiga que los niños y los padres se apunten a estas actividades “recaudatorias” generando una dinámica perversa que acaba en la exigencia del padre: “pago, luego apruebas a mi hijo”, o “pago, luego le subes la nota en bachillerato artificialmente”, corrompiendo realmente la función educativa.

El gran pagano de todo este sistema es el profesor que se ve obligado a dar más horas, cobrar menos y trabajar mucho más que sus colegas de la pública y tiene encima la presión de unos padres y directivos que le obligan a conciliar realidades imposibles como son la de ser justo con las calificaciones y satisfacer las demandas ilegítimas de muchos padres que sólo buscan no tener problemas con las notas de sus hijos sin importarles lo que realmente aprenden. Y no hablamos sin más, el índice de depresiones y enfermedades asociadas es el más alto en esta profesión. Por ello el buen profesional en cuanto puede huye de este tipo de centros, quedando aquellos que son dóciles a la presión, lo cual aún acentúa más el problema.


2. La falta de libertad de elección: “los puntos”

Los que argumentan que la concertada aumenta la libre elección de centro simplemente no saben de qué hablan. La LODE prevé un sistema de zonificación y de puntos que hace imposible elegir el centro que se desea para los hijos. La zonificación consiste en dividir las ciudades en zonas que corresponden a determinados centros, es prácticamente imposible elegir un centro demandado fuera de tu zona. No hay más que ver los mapas de cada ciudad para ver que determinados centros salen beneficiados por la zona que les han dado.

Los puntos se asignan a cada alumno con el objeto de seleccionar cuáles pueden o no entrar en el centro. El sistema de puntos parece diseñado para perjudicar al centro: cuenta más tener baja renta, ser minusválido, hijo de padres separados... es decir lo que menos cuenta es ser normal. Lo lógico sería una distribución que refleje a la sociedad fielmente, sin discriminaciones ni “positivas” ni “negativas”. En cada comunidad se ha modificado mucho esta asignación de puntos según las preferencias de cada partido, pero sigue siendo injusta, como ejemplo diremos que en caso de empate (habitual) todo se dirime en un ¡sorteo! que suele ser dramático.

Las administraciones educativas publican datos engañosos sobre los resultados de la asignación de centro. Hablan por ejemplo de que un 70% de los padres ha conseguido que admitan a su hijo en el centro que pidió. Esto es una manipulación. En el formato habitual el padre puede poner tres centros en la instancia. Si no tiene puntos para los tres centros le mandan a un público. Por ello el padre no pone con sinceridad los centros que realmente desea para su hijo, sino sólo aquellos en los que sabe que tiene posibilidades de entrar. No hay libre elección, sólo una posibilidad de elección muy restringida entre los centros de tu zona. Por ejemplo: no cuenta nada que el padre haya sido antiguo alumno de un centro y quiera que su hijo reciba la educación en el mismo colegio que él, sentimiento muy natural.

Este sistema, como todas las regulaciones absurdas, genera una creciente corrupción. Padres que se empadronan fraudulentamente cerca del colegio que desean, separaciones falsas, declaraciones de la renta que no reflejan los ingresos reales... Empieza a ser normal que los padres que se han quedado cerca de conseguir plaza para su hijo contraten detectives para descubrir los fraudes y lograr que su hijo entre.


En conclusión: la educación concertada no aumenta la libertad, no permite la innovación y está impidiendo la existencia de verdaderos centros libres mediante la aplicación del cheque escolar.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el post, que es muy revelador. Yo soy uno de tantos padres que ante la realidad del sistema de puntos, de la masificación y de cierto deterioro en la calidad, ha tenido que renunciar a la idea de llevar a sus hijos a su colegio de niño y está pagando un colegio privado. Sería muy interesante abrir un debate sobre el cheque escolar pero me temo que hay demasiada ideología e intereses políticos como para tratarlo de modo riguroso. Gracias de nuevo.

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  2. Gracias a ti por leerlo. En el post "¿Aplicamos los principios liberales a la educación?" tienes mi opinión sobre el cheque escolar.

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