domingo, 2 de octubre de 2011

Profesionales de la enseñanza, no sólo trabajadores

Uno de los equívocos más extendidos por la prensa y los sindicatos, y reflejado en las leyes es que los profesores somos simples trabajadores de la enseñanza que cumplimos un horario. Esto es falso y ocurre en casi todas las profesiones llamadas vocacionales, aunque, lógicamente nosotros los profesores, tenemos un horario fijo que cumplir con los alumnos, igual que el médico tiene sus horas de visita.

Un profesional se forma para ejercer, se enamora de su profesión. Estudia durante años. En cualquier momento está leyendo, conversando y pensando en cómo mejorar, en cómo solucionar determinado problema. Si es necesario pasar exámenes, controles u oposiciones, los pasa y cuando ejerce se ve realizado pues está desempeñando el trabajo para el que se ha formado, por el que se gana la vida honradamente.

Yo he estudiado Filosofía y he tenido la suerte de poder trabajar casi siempre en aquello para lo que me formé. También he dado clases de Matemáticas, Informática y, por esas curiosidades de las leyes, Tecnología. Explicar Matemáticas elementales es enseñar a razonar, y lo mismo pasa con la Informática. Por eso nunca me sentí a disgusto dándolas, todo lo contrario. En el fondo son lógica. Sin embargo no soportaba dar Tecnología, no me gustaban sus procesos ni tenía habilidad ninguna para ella. No soy, ni quiero ser, un profesional de la Tecnología, un ingeniero. Esta situación llegó a tal punto que cambié voluntariamente de clases perdiendo dinero y trabajando más con tal de sentirme a gusto en mi trabajo, con tal de dar Filosofía.

Un médico en paro puede trabajar de camarero, pero no será un profesional de la Hostelería. Sin embargo yo he visto en el instituto a un profesional de la Hostelería dar clases en formación profesional de camarero. Y, las daba perfectamente, porque era un profesional, no "trabajaba de".

Los profesores hemos cometido un grave error al dejarnos representar por sindicatos "de clase" como UGT o CCOO. Sindicatos politizados y comprometidos con otros fines que no son los nuestros. Hemos dejado morir los Colegios de Licenciados y ahora nuestra voz suena distorsionada por "luchas de clase" y reivindicaciones extrañas, de tal forma que cuando queremos decir que no es posible dar las clases bien en las condiciones actuales, nuestro dictamen parece una reivindicación laboral y no un diagnóstico técnico que es lo que es. Y así, cuando estas condiciones empeoran, no somos capaces de hacer llegar a la opinión pública nuestra voz. La enseñanza se muere, la capacidad para transmitir con eficacia conocimientos disminuye y nos cuentan que somos unos vagos. ¿De qué están hablando? Nosotros enfocamos el asunto desde nuestra profesión y "laboralizado y sindicalizado" el tema, la gente se cree que estamos hablando de trabajar más o menos.

Hemos de aprender la lección para el futuro. Tenemos que conseguir asociaciones de profesores (o como queramos llamarlas) que sepan explicar a la sociedad que nosotros queremos hacer nuestro trabajo bien, que somos razonables y que estamos hablando en beneficio de todos para conseguir una mejor educación y no de una reivindicación laboral.

Y esto incluye dejar de dividir a profesores entre pública y privada. Todos somos profesionales de la educación.

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