No saben sin embargo, que sin libertad,
no hay verdadera formación de la persona. Sin libertad sólo existe
el adoctrinamiento y, en la adolescencia, el rechazo profundo de lo
que artificialmente se ha intentado inculcar en el alma de cada niño.
Eso o aún peor, la sumisión perruna del que no supo rebelarse a
tiempo, del que no se atreve a pensar por sí mismo.
La izquierda, ahora en franca
decadencia, ha ostentado durante mucho tiempo el dominio de la
educación tanto pública como religiosa. En sus centros se enseñaba
y se enseña “la solidaridad”, concepto mitad marxista mitad
cristiano-de-base. El resultado no ha podido ser peor. Toda enseñanza
impuesta ejerce el efecto contrario, vivimos en una sociedad cada vez
más insolidaria, es un hecho. El último y patético esfuerzo de la
izquierda ha sido protagonizado por Zapatero y su Educación para la
Ciudadanía que ha querido suplantar a la Filosofía y alejarse de la
confesionalidad con su trasnochado laicismo. Resultado: fracaso
total, nadie hace caso a lo que se dice en sus ridículos programas
educativos.
La derecha eclesial llevaba tiempo
recuperándose. De la mano del pensamiento liberal, en coyuntural
matrimonio, ha intentado ganar terreno reinstalándose en la
educación concertada a través de seglares, ya que religiosos casi
no quedan. En esta extraña alianza ha mezclado la exigencia de
libertad religiosa con la pedigüeña limosna estatal del Concierto y
la prédica, contradictoria, de la libertad de mercado educativo. Y
ahora, con la crisis, está en su momento.
La izquierda ha cometido un error que
los tiempos no perdonan, no se ha reproducido, ni ideológica ni
literalmente: no ha tenido hijos. Y los pocos que ha tenido los ha
mimado de tal forma que se han convertido en unos pijos, de verdad o
del 15M, tanto da.
La derecha se ha reproducido más y
mejor y en sus familias se ha instalado el pensamiento blando. Ese
que vive de espaldas a la realidad, que piensa por encima, que no
profundiza:
"¿Qué es lo bueno? Lo que se
lleva, la moda. ¿Cuál es el mejor colegio? Consultemos la lista de
los 100 mejores de El Mundo o de El País. ¿La
pública? No, por Dios, que ordinariez, tanto emigrante... ¡Con
quién va ir mi hija! ¿Y si sale con un negro? O peor, con un
moro... La privada-privada es muy cara pero haciendo una trampita te
puedes meter en “tal y tal” concertado que está superbien y
además tienen extraescolares que te cuidan al niño hasta las 8 de
la tarde. ¿Y el uniforme? Muy mono, azul y gris. Y bilingüe claro,
claro."
Así que esta derecha reproductora pide
ahora que le den más pasta para sus coles y que no gastemos tanto en
la pública que, total, está llena de vagos y maleantes... y
alumnos. Bah, son funcionarios, parásitos.
La cuestión de fondo en educación es
la libertad, ninguna ley de educación solucionará el problema,
ninguna financiación, ni ninguna pizarra digital. Cuando el alumno
se encuentra ante el profesor se produce la ejecución de un arte. Un
arte que ya describió Platón, la mayéutica socrática, que
consiste en sacar del joven su verdadera personalidad. Y esto no se
programa, ni se inspecciona, ni se informa en una memoria, ni se
aprende estudiando Pedagogía.
Izquierda o derecha, quien quiera
manipular al alumno que sepa que tendrá el mayor de los fracasos, su
desprecio, y que, como mucho, sólo logrará despistarle por los
opuestos caminos de la rebeldía.
La verdadera escuela está en la
Academia de Platón y en ella todo es amor a la sabiduría, todo es
libertad.
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