domingo, 18 de septiembre de 2011

Cuando un periodista opina sin saber


El periodismo es una profesión difícil. Seguir el hilo de la actualidad obliga a informar y opinar de cosas que se desconocen, parcial o totalmente. Pero es fácil consultar a expertos o personas con experiencia. Sin embargo, en muchos casos, llevados por la parcialidad o la obcecación algunos periodistas mantienen opiniones falsas e incluso ofensivas.

La polémica sobre educación que han levantado las medidas tomadas en algunas comunidades gobernadas por el PP ha hecho que muchos periodistas se lanzaran a opinar sin conocer la profesión docente a fondo. Gracias a Twitter algunos docentes hemos podido entrar en contacto con muchos de ellos y matizar sus informaciones, independientemente de lo que se opine sobre la oportunidad de la medida, los datos objetivos son los que son y no se pueden manipular.

Os contaré un caso de verdadero sectarismo y cabezonería aunque omitiré su nombre por pudor. El periodista en cuestión, en su programa matinal de radio, se pasó varios minutos echando una bronca monumental a los profesores madrileños por protestar sobre el aumento de horas lectivas de 18 a 20 cuando “en Galicia dan 21 desde hace años”. Como eso simplemente no puede ser, le mandé un tweet para aclarárselo. Nada. Como me parecía un periodista serio le mandé otro tweet para advertirle que creía que estaba confundiendo profesores de primaria con secundaria. Me contestó mandándome la noticia indicando que leyera el cuarto párrafo. Y yo le contesté que leyera el primer párrafo donde claramente indicaba “PRIMARIA”. No rectificó ni por twitter ni por radio.

Luego se lío a hacer comparaciones con la jornada lectiva de los profesores en Europa diciendo barbaridades sobre las horas lectivas que daban sin tener en cuenta las semanas de clase, las leyes educativas diferentes, el tipo de alumnado, etc. Como el dato más escandaloso era el de Alemania le indiqué que en este país las clases eran de 45 mn. y no de 60. Y así empezó un surrealista intercambio de tweets para demostrar, al parecer, que dábamos menos tiempo de clase.

Pero se publicó el informe de la OCDE en el que se demostraba que los profesores españoles teníamos una jornada lectiva bastante superior a la media de la UE y de la OCDE. Tampoco nuestro reticente plumilla rectificó ni por un medio ni por el otro. Emprendió entonces una nueva vía, como en dicho informe aparecía que estábamos menos horas que otros países en los institutos atacó por ahí y ha publicado una serie de datos de lo que podíamos llamar “estadística-ficción”.

Nuestro periodista parece desconocer datos elementales como que muchos centros solo abren 6 horas al día, 30 h. a la semana, luego difícilmente podemos estar más. Los profesores españoles normalmente corregimos exámenes y preparamos las clases en casa. Otro dato que al parecer desconoce nuestro contumaz ‘desinformante’ es que todo profesor de secundaria puede dar en la ESO y/o Bachillerato, luego las comparaciones no se pueden establecer con otros países donde eso no ocurre.

Pero esto carece de importancia real. Como ya hemos explicado en otras entradas (aquí y aquí) es imposible cuantificar la jornada real de un profesor. Todo intento lleva al absurdo. Y si realmente se quisiera controlar si trabajamos las 37,5 horas de las que hablan los sindicatos esto se parecería a un estado soviético... con el mismo resultado en cuanto a la eficacia. Simplemente hacemos nuestro trabajo lo mejor que podemos y no miramos el reloj, como la mayoría de los profesionales.

Para ilustrar lo absurdo de estos cálculos voy a hacer un ejercicio de estadística-ficción yo también. Esta semana he estado en un tribunal de selectividad. El jueves corregí 50 ejercicios en 8 horas. Es decir 6,25 ejercicios la hora. Tengo 7 grupos de Filosofía. En una clase hay 30 alumnos y les hago unos 10 exámenes al año. Luego 30*10*7=2.100 exámenes al año. Si en cada hora corrijo 6,25, tardaré 336 horas. Es decir 42 jornadas de 8 horas, aproximadamente 2 meses a 21 días de trabajo. ¿Dónde están estas horas en los cálculos de nuestro periodista? En ningún sitio. Ni son reales. No son más que ficción estadística. No todos los exámenes son iguales, ni siempre las clases son de 30 alumnos ni realmente se puede medir nada de todo esto. Habrá exámenes en blanco y habrá exámenes en los que un alumno se juega el curso que te pueden costar 20 minutos corregirlo y estar toda la noche rumiando la decisión.

Y es que en educación trabajamos con personas, no con números.

Espero que la frase de Manuel Vicent: "Periodista es ese tipo que escribe a toda velocidad de cosas que generalmente ignora y lo hace de noche y la mayoría de las veces cansado o borracho y que no teniendo talento para ser escritor ni coraje para ser policía se queda sólo en un chismoso o en un simple confidente" no sea verdad en todos los casos.




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