sábado, 30 de julio de 2011

La penúltima mentira de Zapatero

Nuestro sistema democrático está copiado del inglés. No es una democracia presidencialista como la de USA, es una democracia parlamentaria. El sistema inglés no tiene una Constitución escrita, sino que se basa en una serie de costumbres y normas que los ingleses suelen cumplir siempre. Cuando nosotros en la Constitución de 1978, como otros muchos países, copiamos el sistema inglés no podíamos escribir todas las costumbres que dan estabilidad a la democracia británica. Por eso se puede dar una situación como la actual en la cual el Presidente del Gobierno español, sin incumplir la ley, está faltando claramente al espíritu que anima una democracia parlamentaria.

Zapatero se presentó en 2004 con un programa electoral. Opinemos lo que opinemos sobre sus propuestas no hizo nada completamente contradictorio con ellas. En 2008 se presentó con otro programa electoral aún más ambicioso en el que incluía frases como "por el pleno empleo". Negaba la crisis y negaba que fuera a hacer ningún recorte social. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en la primera legislatura, Zapatero se vio obligado en Mayo de 2010 a dar un giro de 180° en su política. No nos interesa aquí el porqué de ese giro, la cuestión es que lo dio y en un sistema parlamentario, como el inglés, como el nuestro, un giro de este tipo debe ser explicado claramente a la Cámara de los Diputados y a la opinión pública. Incluso más, a Zapatero después de tener que tomar esas medidas, que él mismo reconoce que van en contra de su ideología, solamente le quedaban tres posibilidades:

  • Reconocer que no podía gobernar con su programa y convocar elecciones.
  • Proponer un nuevo programa a la Cámara por medio de una moción de confianza y seguir gobernando él.
  • O bien reconocer que él no podía seguir gobernando y que su propio partido le sustituyera por otro Presidente con un programa más acorde con la situación.

Pues bien, Zapatero no optó por ninguna de las tres, siguió gobernando como si tal cosa en flagrante contradicción con su programa electoral, perjudicando aquellas personas que le habían votado con sus políticas y defraudando a propios y extraños, es decir perdiendo claramente la legitimidad democrática. De ahí que desde mayo del 2010 España haya vivido una situación cada vez más desastrosa puesto que el gobierno, al perder legitimidad democrática, no se atrevía a tomar ninguna medida sería. Además los sectores más a la izquierda que en su momento pudieron apoyar a Zapatero se sintieron claramente defraudados y de ahí viene, entre otras cosas, el germen del 15-M. Por otro lado su propio partido ha tenido que sufrir las consecuencias de su conducta irresponsable con una gran derrota electoral en las elecciones locales y autonómicas. Además las bajas perspectivas electorales del PSOE para las siguientes elecciones reflejaban las contradicciones de esta forma de gobernar antidemocrática.

Por todo ello y con muchos meses de retraso Zapatero no ha tenido más remedio que anunciar que no se presentaba las elecciones, dejar paso a un candidato nuevo en su partido y adelantar las legislativas. Es decir lo que debería haber hecho en Mayo de 2010. Esta tardanza ha supuesto un grave perjuicio al sistema democrático del país y un agravamiento de la crisis económica por la paralización del gobierno.

Pero por si esto no fuese suficiente Zapatero ha convocado las elecciones en Noviembre con cuatro meses de plazo, no cuando le convenía a España sino cuando le convenía a su partido. Con estos cuatro meses por delante se puede dejar que la situación vaya empeorando mientras el PSOE critica las soluciones de sentido común que tarde o temprano Rajoy tendrá que anunciar. Es decir que durante estos cuatro meses el PSOE y su candidato Rubalcaba se dedicarán a su juego favorito: hacer oposición a la oposición, perjudicando de nuevo gravemente a España, a su sistema democrático y a su economía. Y todo esto sólo para conservar la mayor cantidad de puestos de poder.

A pesar de ello Zapatero en la rueda de prensa en la que anunció la convocatoria de elecciones dijo claramente que había elegido esa fecha por el bien del país. Con el tiempo que le queda esperemos que esta sea la penúltima mentira del peor Presidente de nuestra democracia.

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